-¿Entonces?¿Qué haremos ahora?¿Y si todos tienen razón? Es posible que las cosas no vayan bien a partir de esto.
Tenías tanta rabia e impotencia... Suspiré.
-Te equivocas, me iré por un tiempo y tú sé que te enfadaras, podrás incluso encabritarte como un caballo salvaje, decir palabrotas, maldecir al destino, pero a la hora de la verdad, tendrás que resignarte...
Entonces fue cuando tus ojos se llenaron de lagrimas... Y concluí la conversación:
-Por eso mismo, volveré a por ti.
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