lunes, 28 de junio de 2010

Simple

Una sonrisa de ironía era lo que se reflejaba en mi cara.

- Já ¿Envidiarte, yo?
- No pensé que te costaría tanto ver todo lo que yo tengo y compararlo aunque... Tampoco me extraña viniendo de ti.

Eras tan repulsivo, arrogante, me daban unas ganas tremendas de gritar todo lo ignorante que eras ante la vida, sabiendo que no me escucharías si quiera sacando de mi voz los tonos más altos que jamás mostrase.

- Mira a tu alrededor, palabras, sólo hay palabras.
- En el tuyo también - Decías convencido.
- Así es, pero la cuestión, querido, es si en las tuyas está la mínima gota de un sentimiento seguro de si mismo.

Al fin y al cabo que importa lo que digas... Personajillos de arena pasan constantemente por mi vida.

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