sábado, 22 de septiembre de 2012

Septiembre

Ya había perdido toda esperanza cuando me saludaste hoy.
¿Qué podría decir?, me paralicé por completo, mi mente dio vueltas y no podía contener toda esta alegría, nostalgia, melancolía... Estaba todo tan junto, todo tan rápido. Era fascinante, tenía ganas de llorar y reír al mismo tiempo. Quería decirte todo lo que no pude haberte dicho. Quería tantas cosas y estaba tan extremadamente feliz... Lo peor llegó cuando pude sentirme entre tus brazos



Es la novena vez que me despierto tan triste por estos sueños
Es difícil cuando mi mente insiste en no olvidarte
Resulta cruel

sábado, 15 de septiembre de 2012

G.R.

Chico que espera, no esperes
¿Pasarás 2.000 años por volver a besarla?
Sabes que nunca te corresponderá, ni a ti, ni a muchos otros.

Es triste lo sé.
Odias a algunas personas que sabes que no deberían ser odiadas.
Pero lo haces porque así liberas tu frustración. No puede ser ella.

Sigue adelante, pensamos igual, es posible que llegue un momento eterno.
Porque los dos lo sabemos y confiamos en eso
Desde el principio no fuiste como los otros
Por eso sé que tú puedes
Puedes seguir adelante
Sin ella, sin mi
Contigo



domingo, 9 de septiembre de 2012

La gran pregunta

Ese vaso de agua en medio del desierto,
La ayuda que necesitaba,
Luz al final del túnel,
Puro cariño,
Podría decirse de mil maneras más.

Aunque sé por adelantado que no te darás por aludido, solo estoy respondiendo tu pregunta.

Me ayudaste a salir, aunque te despistaste por un segundo y volví a entrar. Allí seguías cuando regresé por mi propio pie, al borde del desmayo.
Esta vez traté de no separarme demasiado.
Tal vez el destino lo vio venir y por eso nos juntó en navidad.

A pesar de que me creí bastante lista hace unos años, sigue sin ser fácil responderte...

La razón es porque nunca fuiste.
Eres.
Y, espero que seas siempre...                                                    
uno de mis mejores amigos



lunes, 3 de septiembre de 2012

Carta que nunca fue enviada

Eres algo más que mi guía, eres la luz que me ilumina y por ti recorrería tu reino cada mañana para recogerte las flores más bonitas y despertarte así, lleno de colores. Porque un sol como tú merece brillar como la mejor estrella. Cosa que eres para mi, tu sola presencia me hace sentir que estoy en el cielo. Porque no hay lugar en la tierra donde podría imaginarte sin que estuvieras fuera de contexto.

Eres una musa, eres mis sueños y sentía la necesidad de hacértelo saber, porque es justo.
Porque no quiero que dudes nunca de lo maravilloso que eres ¡Créetelo por favor! Para mi eres indescriptible y no sabes hasta qué punto. No tengo palabras para definirte y me pregunto cómo podría convencerte de que es cierto todo lo que te digo. Pero no sé qué decir para que te creas lo que siento por ti.

Supongo que hasta la mismísima perfección me tendría envidia por haber estado a tu lado, porque compartir un momento contigo es más que perfecto; es único.

Y además, tu me hiciste sentir magia, aunque no esté contigo...
Te llevo en el corazón

Sé que no estás solo, sé que tú también recuerdas, te esfuerzas y es normal. Guardo todo lo bueno, olvidé lo malo. No te escribo para nada diferente; parte tuya me ha enseñado a crecer.

Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando tu confianza. Te dejo junto al mundo derrotando imposibles, seguro sin seguro. Te dejo frente al mar descifrándote a solas. Sin mi pregunta a ciegas, sin mi respuesta rota. Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas, sin mis inmadureces, sin mi veteranía. No creas, nunca creas este falso abandono, estaré donde menos lo esperes... Por ejemplo un árbol añoso de oscuros cabeceos, estaré en un lejano horizonte sin horas... Y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos.

Resumiendo estoy hundida y radiante. Quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.
Supón que fuimos felices, que fue verdad. Que hubo noches frías pero de alguna forma estábamos juntos. Que no soy nada sin ti y que mis ojos gritan por verte.
Cuéntame un secreto; lo busco, una historia; la necesito, escuchare atentamente y me quedaré toda la noche. Supón que me equivoqué, que estás aquí y que pude recoger todas tus lágrimas.
Supón que esta pelea ha terminado.

Sé que no vendrás, sé que ya no estás. Aquel día cuando un beso marcó nuestra despedida, quizás para el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así...
Lo sé, nunca supe de tanto en mi vida: sé que no estoy allí. Nunca mi intención ha sido ofenderte, nunca soñé con quererte ni con sentirme de esta manera. Mi aire se acaba como agua en el desierto; mi esperanza de vivir eres tú y no estoy allí.
¿Y porqué no?
Te preguntarás
¿Y porqué...?