domingo, 11 de septiembre de 2011

M/T

Hace unos años podía observar la inocente estampa de una amiga que se enamora. El chico unos años mayor se la encuentra y charlan un rato. Pasan los días y él está pensando en otras cosas, ignorándola, pierde su oportunidad.

Tres años después me sorprende ver como vuelve sin esperanzas de no haber encontrado nadie en sus largos viajes, nadie que le quisiera, que le diera un pedazo de todo el cariño que ahora, después de todo este tiempo, sabe que ella le hubiese dado.

Lo lamento, pero a veces llegar tarde crea estas catastróficas repercusiones.

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